Con la edad, las mamas de una mujer pierden grasa, tejido y glándulas mamarias, reduciendo su tamaño, firmeza y llenura. Igualmente, pierden soporte. Estos cambios se deben sobre todo a una disminución en la hormona estrógeno.
Las mamas que van envejeciendo con frecuencia se aplanan y cuelgan, y el pezón se puede invertir ligeramente. El área que circunda el pezón (areola) se vuelve más pequeña y puede casi desaparecer. Es común que se presente pérdida de vello alrededor del pezón.
A medida que una mujer envejece, las mamas pueden cambiar de tamaño. Las protuberancias son comunes alrededor de la menopausia y, con frecuencia, son quistes benignos. Sin embargo, si nota una protuberancia, solicite una cita con el médico. El riesgo de cáncer de mama aumenta con la edad. Las mujeres deben realizarse el autoexamen de mamas mensualmente. Sin embargo, dado que con el autoexamen de mamas no siempre se descubre el cáncer en sus estadios iniciales, las mujeres deben igualmente hablar con el médico acerca de la realización de mamografías.